Estructura y química del cabello
Los pelos presentes en nuestro cuerpo tienen una estructura particular y se dividen pelos pequeños y gruesos. Los pequeños, también denominados lanugo o vello, se localizan en toda la superficie cutánea, excepto en la palma de la mano y la planta del pie. Por otro lado, los pelos gruesos, también llamados pelos terminales son de color y se localizan sólo en algunos alojamientos como el cuero cabelludo, las axilas, el pubis, la zona de la barba en el hombre, etc.
El pelo se encuentra en el folículo piloso, estructura particular de la piel con forma de bolsa, inclinado, aproximadamente, 75º en relación a la línea de la superficie cutánea. La parte inferior del folículo piloso se localiza en la parte más profunda de la dermis, pero su nivel varía de un pelo a otro (para el cabello, la profundidad media es de, aproximadamente, 0,6-1 cm).
A nivel del tercio superior del folículo piloso, desemboca la glándula sebácea. El conjunto del folículo piloso y de la glándula sebácea se define como folículo pilosebáceo. Debajo de la glándula sebácea, en la pared externa del folículo, se encuentra anclado el extremo inferior del músculo erector del pelo. En el folículo, resaltan una desembocadura en la superficie cutánea llamada ostium; una parte más estrecha a nivel del tercio superior denominado cuello; una Proción delimitada entre el ostium y el cuello llamada indundíbulo; una porción situada entre el cuello y el empalme inferior del músculo erector del pelo, llamada parte intermedia o istmo y; por último, una porción por debajo del istmo, llamada parte profunda.
En la parte central de la parte profunda, a nivel de la base del folículo, se encuentra la cavidad girada hacia arriba que contiene una estructura conectora rica en vasos sanguíneos, linfáticos y estructuras nerviosas denominada papila, cuya función es el sustento, nutrición y control endocrino de las células de la matriz del pelo. En la estructura del folículo, desde el exterior hacia el interior, destaca el revestimiento conectivo (rico en terminaciones nerviosas formada por extractos conectores y longitudinales de fibras colágenas con numerosos fibroblastos); la membrana vítrea (continuación directa de los extractos más profundos de la epidermis que se ahondan siguiendo la membrana vítrea); el revestimiento epitelial interno (formado por tres extractos celulares, en contacto directo en el pelo termina en correspondencia con el cuello).
Siempre en relación a la estructura del cabello, en el adulto se distinguen tres partes: estela o tallo, raíz y bulbo. La estela o tallo es la parte visible y externa del folículo con un grosor medio en el adulto de 65-78 micras. La raíz, parte normalmente no visible interna al folículo, se sitúa entre la dermis y el ostium del folículo y el empalme inferior del músculo erector del pelo. El bulbo, situado todavía más profundo que la raíz, situado en la porción inferior de la parte profunda del folículo, contiene, en la parte inferior, dos-tres filas de células superpuestas de rápida reproducción que forman la matriz. Las células madre son las únicas germinativas. Las células madre, a medida que se reproducen, empujan hacia arriba aquellas nacidas anteriormente. Durante el ascenso, las células elaboran en su interior la queratina, teniendo lugar el “proceso de queratinización”, dividiéndose así cada vez de forma más rígida. Justo encima de las células madre, se encuentran algunos melanocitos cuya función es “colorar”, introduciendo la melanina, aquellas células que se convertirán en la “corteza” del cabello.
Seccionando horizontalmente el cabello, se puede apreciar la estructura, subdivisble en tres partes: la cutícula, la corteza y la médula.
En la parte externa, encontramos la cutícula formada por una única fila de células transparentes y finas, con un grosor de entre 0,2-0,5 micras, colocadas en fila vertical a nivel de la raíz y en fila oblicua (en “escalera”) a nivel del tallo. Dada la posición en la que se encuentra, la cutícula es la primera en dañarse cuando el cabello ha sido maltratado (champús inadecuados, permanentes, peinados fuertes, etc.).
A nivel intermedio, aparece la corteza, la parte más abundante. Ésta está formada por células más grandes, en forma de tallo, de 90 micras de largo y 5 micras de ancho, colocadas verticalmente en filas paralelas. Éstas contienen un pigmento colorado, la melanina, que tiende a reducirse con la edad, cambiando el cabello a color “blanco” (proceso de encanecimiento).
En el interior, se encuentra la médula formada por células redondas, colocadas en columnas, generalmente separadas entre sí por espacios de aire.
Además del agua, los otros elementos que componen la química de cabello son la queratina, los lípidos, los minerales y los pigmentos.
La queratina es una proteína que se encuentra en la corteza y está formada por dieciocho aminoácidos. Los aminoácidos presentes en mayor cantidad son la cisteína, la cistina, la serina, el ácido glutámico, la glicina, la treoonina, la arginina, la valina, la leucina y la isoleucina.
La queratina alfa, fibrosa y de bajo contenido en azufre es la presente en mayor cantidad en el cabello. Su peso molecular es de, aproximadamente, 45.000 y es insoluble en el agua. La queratina puede deformarse con el vapor acuoso (“peinado”).
El proceso de queratinización del cabello es regulado por varios elementos (hormonas, vitaminas, factores genéticos y metabólicos) y está conectado al metabolismo del colesterol y a su esterificación con ácidos grasos sintetizados por la epidermis. Las carencias alimenticias y/o los defectos enzimáticos de las vías de síntesis del colesterol y de los ácidos grasos pueden provocar una queratinización anómala que derive en defectos estructurales del tallo.
Los lípidos presentes en la estructura química del cabello están formados por triglicéridos, ceras, fosfolípidos, colesterol, escualeno y ácidos grasos libres. Se consigue identificarlos cuantitativamente con mucha dificultad, ya que se derivan en su mayoría del sebo.
Los minerales u oligoelementos de la estructura química del cabello representan un componente esencial de los sistemas proteico-enzimáticos. Están representados por el hierro, magnesio, zinc, cobre y plomo.
La carencia de proteínas y/o sales minerales en la estructura química del cabello puede crear problemas capilares y será evidente en el microscopio por la presencia de un tallo débil y asociado a bulbos muy pequeños. Si el cabello es estructuralmente débil, los bulbos parecen de dimensión normal.
Los pigmentos son formados por las melaninas (sustancias coloradas) presentes en el pelo de forma difusa o granular. No son solubles en agua, pero sí en los ácidos fuertes y se decoloran con agua oxigenada.
Los melanocitos, utilizando la tirosina (aminoácido de las proteínas) como precursor sintetizan dos tipos principales de melanina: la eumelanina, oscura y presente en el cabello negro y la feomelanina, más clara y presente en cabellos dorados, rubios y pelirrojos.
Los elementos químicos principales en el cabello están formados por carbono (45%), oxígeno (28%), nitrógeno (15%), hidrógeno (6,7%) y azufre (5,3%).
Además, existen otros oligoelementos (encontrados a través de un examen llamado mineralograma): Ca, Mg, Sr, B, Al, Si, Na, K, Zn, Cu, Mn, Fe, Ag, Au, Hg, As,Pb, Sd, Ti, W, Mo, I, P, Se. Es muy importante recordad que el porcentaje de oligoelementos presentes en el cabello es una característica subjetiva y personal de cada individuo.
La cistina es el principal aminoácido presente en la queratina /17,5%), seguida de la serina (11,7%) y del ácido glutámico (11,1%). La treonina, arginina y glicina están presentes en porcentajes menores (6%).
Aproximadamente el 80% del peso del cabello se debe a la presencia del proteínas (polímeros de aminoácidos) entre los que la principal es la queratina, formada por 18 aminoácidos.
Los principales aminoácidos que forman la queratina son la cistina (17,5%) , la serina (11,7%), el ácido glutámico (11,1%), la treonina (6,9%), la glicina (6,5% ) y la arginina (5,6% ).