El prurito de diferente intensidad en el cuero cabelludo es una sensación percibida por muchas personas de ambos sexos.
El prurito es un problema del cuero cabelludo que induce a quienes lo padecen a rascarse la piel y se asocia a menudo a dolor. Existen múltiples causas que pueden determinar esta patología que no debe infravalorarse, ya que puede provocar la pérdida y caída del cabello.

El prurito puede estar provocado tanto por sustancias químicas con las que se preparan muchos productos cosméticos, como por los champús. Tampoco debe infravalorarse el efecto nocivo de la contaminación atmosférica y del agujero de la capa de ozono. El prurito puede asociarse también a la psoriasis, la caspa, la seborrea, la folicullitis, la piel seca, la dermatitis seborreica, la dermatitis atópica, la tiña, la sarna, la pediculosis y el eczema.
Entre las diferentes causas que determinan el prurito, la caspa es la más presente y más difundida. En la caspa grasa caracterizada por escamas que, gracias al sebo permanece adheridas a la piel del cuero cabelludo, se asocia a menudo un intenso prurito y enrojecimiento de la piel y la caída del cabello. En la caspa seca, el cuero cabelludo está seco y deshidratado y las células caen; es decir, no permanecen adheridas al cuero cabelludo. Ésta no supone ni prurito ni pérdida o caída del cabello.

La presencia de piel seca asociada a prurito (asteatosis) se caracteriza por la presencia de poco agua y/o grasas en el cuero cabelludo. En la asteatosis, se aprecia un desajuste del equilibrio hidrolipídico normal necesario para un correcto crecimiento del cabello. La piel seca con presencia de caspa seca pude originar prurito y, en raras ocasiones, dolor.

La hiperseborrea cierra la parte terminal de los folículos, provocando irritación de la piel. Además, el exceso de sebo se localiza en el cuero cabelludo, impidiendo la transpiración de la piel y originando prurito y, en los casos más complicados, también alopecia seborreica.
La dermatitis seborreica provoca la inflamación e irritación de la piel con la aparición de eritema cutáneo, sensación de prurito (que induce a rascarse, empeorando todavía más el cuadro clínico), foliculitis y pérdida o caída del cabello.
El frotamiento de la piel provoca una inflamación de la parte superior de los folículos pilosos, la aparición de dolor y la caída del cabello.

La psoriasis del cuero cabelludo, patología hereditaria, provoca la irritación cutánea y la formación de placas o escamas blanquecinas sin la aparición de prurito ni pérdida del cabello.
La tiña (tinea capitis), infección debida a un hongo, se caracteriza por la aparición de uno o más manchas eritematosas y descamadas, donde se encuentran cabellos rotos, sucios y aparecen como cubiertos por polvo formado por las esporas del hongo. Se asocia un intenso prurito y un fuerte dolor en el cuero cabelludo.
No existe una correlación segura y científicamente demostrada ni entre prurito y pérdida del cabello ni entre prurito y dolor del cuero cabelludo (tricodinia), así como tampoco entre el prurito y el cabello graso.

La notable influencia del prurito localizado en el cuero cabelludo es debida tanto a factores psicológicos (ansia, estrés y traumas) como a factores externos (productos higiénicos, alimentación, agentes químicos, tratamientos cosméticos, etc.).
Sólo en los casos clínicos en los que el prurito en el cuero cabelludo es causado por hábitos higiénicos o cosméticos inapropiados, corrigiendo estos errores se resuelve el problema. Sin embargo, en el resto de casos más serios, para eliminar el prurito, es necesario bloquear el fenómenos que lo produce.

Según si se trata de seborrea, dermatitis o caspa, se recomienda recurrir a tratamientos tricológiocos especializados que pueden eliminar la causa de raíz. Algunos remedios útiles para reducir la sensación de prurito son el champú de azufre, el champú de camomila, el champú de ortiga y lociones con corticoides.