Hiperseborrea
La hiperseborrea o hipersecreción de sebo es un problema del cuero cabelludo debido a una excesiva producción de grasa, causada por la hiperactividad de las glándulas sebáceas. Los síntomas inmediatos de la hiperseborrea son el prurito y el dolor del cuero cabelludo. Sin embargo, un síntoma tardío es la pérdida del cabello. La inflamación de la piel, asociada a la hiperproducción de sebo, supone la producción de escamas oleosas a nivel de la piel del cuero cabelludo, en la piel de las orejas y en el interior del conducto auditivo. Todo esto se asocia también a una sensación de dolor. En cantidades normales, el sebo es una sustancia grasa cuya función es proteger la piel de la deshidratación. Además, tiene una propiedad antibacteriana. La presencia de sebo en exceso supone la alteración del equilibrio hidrolipídico de la piel.
Todo ello supone consecuencias bastante graves. Se pueden tener simples imperfecciones, pérdida del cabello, acné, comedones o foliculitis. La alopecia seborreica se caracteriza por la presencia de hiperseborrea acompañada por la pérdida del cabello.
La caída y la consecuente pérdida del cabello se produce porque el sebo en exceso se localiza y se acumula en los conductos excretores de los folículos, obstaculizando una correcta oxigenación del cabello y su normal crecimiento y desarrollo.
Debido a la hiperseborrea, en todos los ciclos de crecimiento, el cabello es más fino, más corto, más apagado y débil. De hecho, su fase anágena es más reducida hasta que se llega a la muerte de los folículos y a la consecuente caída del cabello. Es preciso recordar que es importante la intervención inmediata para reducir y eliminar la excesiva secreción de sebo con correctos tratamiento para evitar el debilitamiento y la excesiva caída del cabello.
Es necesario distinguir entre seborrea normal e hiperseborrea.
Las glándulas sebáceas son órganos secretores localizados cerca de los folículos pilosos. Éstas sirven para segregar el sebo. La secreción sebácea es un proceso fisiológico que comienza en la adolescencia. El sebo forma el manto hidrolipídico cuya función es proteger el cuero cabelludo y el cabello de los agentes externos. Además, humedece, progete e impermeabiliza el tallo del cabello. En la secreción de sebo, dentro de ciertos límites, la actividad de las glándulas sebáceas es considerada útil y; por ello, se define como seborrea fisiológica.
Sin embargo, cuando la producción de sebo es excesiva, la función normal de las glándulas sebáceas se transforma en una anomalía (problema) de la piel, originando la seborrea patológica. Ésta engrasa el cabello y la piel. La piel asfíctica, condición que favorece la aparición de comedones, se produce cuando el sebo en exceso no es expulsado fuera y permanece localizado en los folículos pilosos, secando y estropeando la piel.
Cuando se padece hiperseborrea durante breves periodos, no se debe hablar de condición patológica, ya que este problema puede resolverse rápidamente. Los factores ambientales externos (el calor aumenta la vasodilatación de los capilares del cuero cabelludo, produciendo un mayor flujo sanguíneo y una mayor producción de sebo), tratamientos capilares inadecuados (prácticas higiénicas incorrectas, tratamientos demasiado agresivos o productos inadecuados), infecciones del cuero cabelludo pueden causar hiperseborrea transitoria.
Todavía no se han esclarecido de forma exacta las causas de la hiperseborrea. Entre los factores que favorecen la aparición de hiperseborrea, recordamos los siguientes:
1) desequilibrio de tipo hormonal: se cree que la seborrea está influenciada también por las glándulas endocrinas (de secreción interna). Por tanto, se piensa que los desequilibrios hormonales de la glándula tiroides y de la glándula pituitaria podrían determinar la hiperseborrea. La hipersecreción sebácea se produce durante el periodo de la pubertad en hombres y durante la menopausia en mujeres.
2) los problemas del recambio (alimentación y eliminación): una alimentación grasa termina alternado la actividad metabólica del organismo que se protege, eliminando las grasas en exceso gracias a las glándulas exocrinas (las glándulas sebáceas producen más sebo del normal, provocando la hiperseborrea).
3) problemas de digestión (disfunciones hepáticas e intestinales): estas alteraciones modifican la composición química del sebo producido, haciéndolo inutilizable o inadecuado para proteger la piel y el cabello.
Nuestro cuerpo busca expeler el sebo. Pero, debido a que la piel necesita grasas, las glándulas continúan produciendo el sebo, creando así un círculo vicioso que no permite eliminar el sebo en exceso y; por tanto, cuidar la piel seborreica.
4) factores nerviosos y estrés: cuando el sistema vago toma el mando sobre el sistema simpático se crea un aumento de la circulación sanguínea y de la secreción del sebo que determina una hiperseborrea.
5) autointoxicación: se produce en el momento en el que los problemas digestivos o de recambio modifican las secreciones normales de las glándulas, produciendo toxinas que, gracias al sebo y al sudor, se localizan en el cuero cabelludo, provocando más daños.
Las fases higiénicas demasiado deshidratantes, lociones capilares alcohólicas, el abuso de sustancias alcalinas, masajes demasiado intensos o prolongados, peinados fuertes y prolongados pueden provocar un exceso de grasa.
Entre los microorganismos patógenos, el Demodex folliculorum es una larva parásita que determina la variación de la composición química del sebo, estimulando el aparato glandular a la hiperseborrea.
La seborrea, sobre todo la patológica, provoca a menudo la caída del cabello y si no se interviene con tratamientos específicos puede afectar al crecimiento del cabello, determinando la alopecia seborreica. Los daños provocados al cuero cabelludo se ven favorecidos por la hiperseborrea. Un exceso de sebo en la piel puede favorecer infecciones provocadas por microorganismos patógenos. La hiperseborrea puede determinar: caída del cabello, aceleración de la calvicie, cabello graso y untuoso, piel grasa, oleosa y maloliente, foliculitis, acné o comedones, pitiriasis esteatoide, dermatitis seborreica, imperfecciones y deterioro del cabello.
A veces, se aprecia tanto exceso de sebo como presencia de escamas amarillentas en el cutis del cabello, caracterizando una única anomalía.
La seborrea se asocia a la dermatitis seborreica. Ésta tiene un origen inflamatorio y se produce cuando la composición química del sebo y del sudor, incluso por influencia de agentes patógenos, provoca una inflamación de la dermis. La dermatitis seborreica, la pérdida de escamas untuosas (caspa) no sólo del cuero cabelludo, sino también de otras zonas ricas en glándulas sebáceas como la ceja, las áreas cutáneas en los laterales de la nariz, las áreas cutáneas detrás de las orejas, la zona axilar y, por último, la zona de las inguinal.
Un fuerte prurito del cuero cabelludo y de las áreas arriba mencionadas está presente en sujetos afectados por dermatitis seborreica. Ésta también puede provocar una sensación de molestia y dolor en el cuero cabelludo.
Actualmente existen tratamientos locales, tanto para la seborrea patológica como para la seborrea ocasional. Además de por motivos estéticos, la seborrea si no se trata o se trata inadecuadamente puede llevar a una grave pérdida del cabello después de la muerte de los folículos pilosos (alopecia seborreica). Otras armas para combatir la hiperseborrea son lociones con acción antiséptica, lociones con sustancias liposolubles (para disolver las grasas), lociones con disolventes de los lípidos (grasas) y lociones con acción calmante (aminoácidos, azufre, alquitrán de pino). Además, es necesario ejercer una acción astringente en las glándulas sebáceas para impedir que produzcan exceso de sebo y neutralizar el olor rancio causado por la oxidación superficial de los lípidos (grasas) producida por la seborrea.
Las terapias con lociones antiseborreicas y de acción seboequilibradora son muy eficaces si se combinan con tratamientos bioestimuladores con alta frecuencia, cuya función es desinfectar la piel y vasculizar los folículos, favoreciendo la actividad de los bulbos pilosos. Además, la terapia por láser sirve para reforzar el cabello, estimulando la actividad del folículo piloso.